Y por qué no te debería de importar….
Es increíble como muchas veces estamos más preocupados por lo que piensan los demás de nosotros en lugar de lo que somos. Yo he aceptado hacer cosas que no quiero por la pena del qué dirán, he ido a lugares que no deseo y me he angustiado cuando me entero de que alguien me criticó.
Sé que es normal alguna preocupación con respecto a las expectativas de los demás pues vivimos dentro de una sociedad, pero ¿por qué no nos debemos de inquietar tanto?
Actualmente la necesidad por ser aceptado y el miedo por no serlo se ha vuelto una influencia importantísima para la sociedad. Simplemente observa las redes sociales y lo verás plasmado: queremos likes, que nos hagan comentarios positivos y no tener ninguno negativo. Y para lograr la aceptación, nos convertimos en personas complacientes y hasta codependientes. Y después compartimos más de la cuenta en redes sociales para recibir más reconocimiento y aceptación, aunque por dentro no nos sintamos tan bien. ¿Ves por donde va la cosa?
Aléjate de la desaprobación y concéntrate en aprobarte a ti
Una persona con una autoestima sana cuenta con un equilibrio entre su percepción personal interna con la que siente del exterior. Si este equilibrio delicado se altera es cuando empezamos a buscar aprobación del exterior y nos enfocamos demasiado en lo que piensan los demás, corriendo el riesgo de perder de vista nuestra naturaleza esencial, lo que en verdad somos.
Por eso es importante la auto aceptación, el reconocer lo que somos y aceptarnos tal cual somos. Con esa manera de vernos debemos liberarnos del miedo de no ser validados por las demás personas y recuperar nuestro poder. Pero, ¿cómo? Si buscas la aprobación afuera, tu sentido de ser se volverá difuso. Evita buscar la aprobación afuera y vive en el presente. Por ejemplo, cuando te encuentres en situaciones sociales, evita que tus pensamientos están preocupados por las reacciones de los demás y disfruta el momento y nada más.
¿Cómo dejar de preocuparte por lo que piensan de ti?
1.Primero que nada hay estudios que muestran que las personas suelen sobreestimar lo que los demás piensan de ellos. Viven con esa idea de que los demás están constantemente hablando de ellos cuando en la mayoría de los casos no es cierto. Esto provoca ser más inhibidos y menos espontáneos y alegres cuando se está junto a otras personas, sobre todo las que no conocemos muy bien.
2.Nos preocupa mucho lo que los demás piensan porque nuestra felicidad depende de la calidad de nuestras relaciones. Así que en lugar de preocuparte por lo que piensen los demás, esfuérzate en construir relaciones de calidad con personas a las que verdad estimas. Recuerda que es mejor la calidad que cantidad.
3.Es normal tener un poco de temor a caer mal o la crítica, sobre todo con personas a las que queremos agradar, pero cuando este miedo es desproporcionado nos lleva a la ansiedad e inseguridad y puede resultar contraproducente ya que se pueden empezar a mostrar actitudes de inseguridad y servilismo con los demás. En casos graves esto puede convertirse en un ciclo vicioso que puede resultar en la pérdida del auto respeto y en alienarse socialmente.
4.Para romper este ciclo la solución está en operar de manera diferente, desde la perspectiva de ayudar al otro en lugar de pensar centrarse en uno mismo. Si somos de manera consistente amables y considerados con los demás nos preocuparemos menos sobre lo que los demás piensan de nosotros.
- Recuerda que lo que piensen los demás de ti no cambia quien eres o lo que vales. Cada persona es responsable de su propia vida y decisiones y no debemos de perder el tiempo lamentando si los demás nos aprueban.
6.El estar pensando en lo que piensan los demás, es un inhibidor de felicidad, pero también del éxito. Al estar preocupado por factores externos te debilita, te quita el impulso y la emoción por emprender. Es imposible lograr alcanzar siempre las expectativas de los demás, ni agradar a todos, así que preocúpate por agradarte a ti mismo.
- Realiza un esfuerzo por dejarte de preocupar por lo que los demás estén pensando de ti y ¡libérate! Si generalmente esa es tu manera de actuar, puede ser que te cueste un poco de trabajo pero trata de convertirlo en un nuevo hábito mucho más sano y productivo.