Una relación de pareja no siempre “es miel sobre hojuelas”. Así como hay momentos inolvidables, hay también unos muy difíciles que si no los aprendemos a cambiar pueden llevar a un “truene seguro”. Una relación de pareja sana requiere de comunicación, respeto y buenos hábitos en ambos. Y así como hay hábitos que nos acercan a nuestra pareja, hay muchos que sólo nos separan, como: manejar la agresión pasiva y esperar que el otro adivine lo que tienes, mentir, stalkearlo o criticarlo todo el tiempo.
Así que si quieres que tu relación siga por mucho, mucho más tiempo, NO hagas nada de esto.
Evitar las discusiones
“Nunca nos hemos discutido” dicen con orgullo algunas parejas. Pues no se sientan tan orgullosas porque el discutir es una parte sana de la relación ya que significa que existe comunicación y la libertad de decir lo que sienten y piensan.
Descuidarte
Muchas personas, cuando se sienten seguras con su pareja empiezan a descuidarse físicamente y dejan de hacer ejercicio, suben unos kilitos (o kilotes), visten en fachas y hasta no se lavan los dientes (¡augh!). El descuidarte no sólo afecta a tu autoestima sino también a tu salud y tu relación de pareja en un futuro.
Compararlo con otros
Un grave error es comparar a tu actual pareja con tu ex o con la pareja de tus amigos(as). Esto no sólo te traerá mucha infelicidad a ti sino mucha frustración a tu pareja al sentir que nunca llenará tus expectativas de pareja. Si él o ella no es lo que esperas, mejor deja la relación.
Mentirle
Una relación de pareja sana debe estar basada en la sinceridad y confianza por lo que las mentiras, aunque sean blancas sólo harán todo lo contrario. Mantengan la sinceridad como la base de su relación. Acuérdense que siempre hay una mejor manera de decir las cosas en lugar de mentir.
Volverse uno mismo
No se conviertan en ese tipo de parejas que están cosidas el 100% del tiempo, olvidándose que son individuos separados. Recuerda que todo mundo necesita su tiempo a solas y su individualidad. De hecho los tiempos a solas hacen maravillas pues hacen que valoren más su compañía.
No perdonar
“Todos nos equivocamos” es por eso que tenemos que tener que aprender a perdonar cuando nuestra pareja se equivoca. El quedarnos con resentimientos no sólo afecta la relación sino que empieza a separarlos innecesariamente.
Discutir sin buscar el momento ideal
Encontrar el momento ideal para discutir es igual de importante que la discusión en sí. Si tocas temas álgidos cuando alguno o los dos están estresados, cansados o minutos antes de una fiesta o antes de salir de la casa, será una receta para el desastre. Busca un momento en el que ambos estén relajados y con la mente abierta.
Esperar que sea perfecto
No existe una pareja perfecta, incluyéndote a ti. Por esa razón no esperes a que el otro(a) lo sea. Hablen de lo que no les guste y traten de cambiar pero siempre tomando en cuenta que deben de tener paciencia y recordar que la perfección nunca se va a conseguir.
Criticar a su familia
Una cosa es que uno mismo critique a su familia pero no debes de criticar a la de tu pareja. Esto sólo provocará separación innecesaria entre ustedes y que seguramente no te vayan a querer invitar a la próxima cena navideña.
Entrar a una zona de confort. Cuando nos acostumbramos a tener al otro(a) a nuestro lado es cuando empezamos a caer en la rutina y en dejarle de poner la misma atención que antes. Es importante recordar todos los días las razones por las que estamos con esa persona especial y hacer TODO lo necesario para fortalecer la relación todos los días.
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