¿Cómo has vivido la pandemia del Covid-19? ¿Qué ha sido lo más difícil de quedarte en casa? ¿Qué lecciones has aprendido? Estas son las experiencias de 8 amigas mexicanas que viven la cuarentena en distintas partes del mundo y que cada semana comparten sus experiencias por video llamada, sus miedos e ilusiones, pero sobre todo aprenden unas de las otras para poder sortear con risas y mucho cariño este difícil tiempo que estamos viviendo como humanidad.
Adriana vive en Alemania
En Alemania nunca hubo un encierro muy estricto porque aquí seguimos asistiendo a las oficinas. El home office sí se aplicó, que es algo increíble que haya pasado porque en este país tenían la mentalidad de que es una manera muy improductiva de trabajar. Esto ayudó mucho, cambiar la mentalidad de que también se puede trabajar desde casa y ser eficiente pues nos ahorramos los traslados al trabajo ya que el tráfico llega a ser muy pesado. Fuera de eso siempre estuvo todo muy abierto y no nos afectó tanto porque gracias a Dios el servicio médico es muy bueno y nunca tuvimos ese miedo de que si nos llegara a pasar algo ¿qué íbamos a hacer? Lo que sí fue muy difícil fue la escuela pues la educación es cero digital. Todo sigue siendo muy tradicional, entonces el cambio a online fue muy difícil, sobre todo las primeras dos semanas para adaptar a los niños a otra forma de aprender.
Lo que he aprendido:
Que trabajar en casa también se puede y que no podemos tomar nada por sentado pues puede llegar un virus y cambiarte la vida en un 100%. En mi caso, el no poder viajar a mi país fue muy duro pero he valorado muchas cosas de Alemania como su sistema social y laboral pues acá no hubo tanto desempleo ni reducción de sueldos. A lo mejor no me podrán gustar muchas cosas de Alemania pero tenemos muchas otras que antes no valoraba.
Nora vive en la CDMX
La cuarentena la he vivido muy feliz en mi casa a pesar de que estamos en un departamento muy pequeño. Afortunadamente mis hijas ya están grandes y eso ayudó mucho. Cocinar todos los días no me hizo tan feliz porque tampoco soy fan pero traté de alivianar esa parte e incluso empezar a preparar platillos nuevos, y traté de no estresarme con la limpieza y el trabajo. Pero la parte del miedo sí me ganó mucho, por la incertidumbre de no saber qué estaba pasando con el virus. Y creo que el miedo más grande fue de que a mi mamá le pasara algo, aunque ha estado muy guardada y cuidada. Y la verdad es que sí extraño reunirme con la familia y los amigos. Extraño los besos y abrazos. Además me agobia la parte económica, que es una cuestión mundial.
Lo que he aprendido:
Muchas veces cuando vives ciertas circunstancias dices: “ya voy a valorar todo” pero pasa el tiempo y se te olvida. Entonces creo que esta es una lección que en lo personal tengo que volver a aprender pues tengo que disfrutar de todo los que tengo a mi alrededor. En el aspecto material me di cuenta de que puedo vivir sin mucho y lo que realmente valoro es el vínculo y el cariño de la gente. Da igual si estás en la opulencia o en la pobreza, lo importante es la parte afectiva y el lazo que tienes con las personas.
Rosamaría vive en Los Ángeles, California
Lo que sentí al principio fue mucho miedo. Más que nada porque mis papás no viven aquí y fue duro no poder verlos porque ellos vienen seguido a verme y yo voy a México. En cuanto a lo que viví aquí al principio fue mucho el miedo colectivo porque empezaron a mandarme mensajes de texto de: ve a la tienda porque ya están cerrando todo o se están acabando los víveres. Trataba de estar tranquila pero sentía mucho miedo. Luego empecé a escuchar lo que sucedía en otros países, los saqueos y me preocupaba mucho. Pero hemos tratado de llevar una vida normal y manteniendo las rutinas de mis hijos y el trabajo de mi marido.
Lo que he aprendido:
Lo positivo es que tengo una casa súper limpia, muy ordenada. He estado como Marie Kondo limpiando y arreglando todo, terminando proyecto e iniciando nuevos como la jardinería: ya coseché lechugas, jitomates, perejil, albahaca y hasta sandía. Hice muchas cosas en la casa porque yo soy una persona que necesita tener la mente ocupada para no estar pensando en lo malo. Para mí la meditación es el trabajo, hacer cosas, tener la mente ocupada. Esta pandemia me marcó para bien porque yo siempre valoraba los momentos, pero ahora lo hago mucho más. Me encantan las memorias, los recuerdos y ahora más que nunca. El momento en que pueda estar de nuevo con mis papás y con mis amigas va a ser algo súper especial.
Elsa vive en Orlando, Florida
Desde antes que llegara el Covid a Florida, escuchaba las historias de mi hermana que vive en Italia, pero nunca pensé que esto me pasaría a mí también. Yo le decía a mi esposo: “Seguramente van a cerrar los parques de Disney y Universal” y él decía “No, ¿como crees?” y cuando menos lo pensamos sucedió. Creo que lo de mi hermana me preparó un poco. Jamás me dio miedo a contagiarme pero me preocupaba que se contagiara mi esposo porque él siempre se enferma. Después me empezó a molestar mucho todas las cosas que se empezaron a cancelar de mi hijo, como su graduación de high school. Todo eso que se perdió fue muy duro para mí pues fue triste que se perdiera de esas experiencias. También me dio mucho miedo que mi esposo perdiera su trabajo, eso me aterraba.
Lo que he aprendido:
Que valoro más que nunca a mi familia porque podría seguir encerrada con ellos por dos meses más, pues todos son fáciles de llevar y todos han cooperado con sus labores. En casa hemos mantenido una rutina: desayunamos temprano y después cada quien hace lo suyo. En la tarde preparamos juntos la cena y hacemos actividades como ver películas.
Gaby vive en Cholula, Puebla
Como mamá de un niño especial esta pandemia me vino a complicar mucho porque los terapeutas no pueden venir a mi casa y la escuela no se puede hacer en línea. Si me preguntas cuál fue mi mayor miedo, fue a perder la claridad mental. Aunque no creo mucho en esto, sí tomo mis precauciones. Es duro ver como la economía se está afectando y las relaciones también, porque al estar todo el tiempo en casa llega un momento en que necesitas tu espacio. En lo personal estoy muy bien pero el problema es que no tengo ayuda de ningún tipo; no tengo muchacha, terapeuta, ni clases online entonces se me triplicó el trabajo, pues hago home office como agente de seguros. Yo realmente no experimenté tener tiempo libre sino al revés.
Lo que he aprendido:
A valorar la vida al 100 y todo lo que tenemos. Disfrutar de la vida más porque me di cuenta que no tenemos nada seguro. Yo no soy mucho de controlar las cosas pero sí veo que somos muy vulnerables a noticias, al sistema y a mí en lo personal me deja un aprendizaje de querer ser más sustentable. Me encantaría tener una casa con un jardín grande y con un huerto, gallinas y hasta vacas y que si vuelve a pasar algo no tenga tantos problemas. También creo mucho en los vínculos, en abrazar al otro y me gustaría que esto no afecte a las relaciones personales. Porque el contacto, las caricias y la ternura nos nutre mucho como seres humanos.
Martha vive en Noruega
Para mí todo esto fue súper surreal, como que nunca me imaginé que podría pasar algo así. Nunca imaginé que Noruega estuviera en lockdown. Pero personalmente no me costó tanto trabajo que cerrara todo porque acá nos dieron la opción de quedarnos en casa, nunca fue impuesto. Los centros comerciales estuvieron abiertos pero la mayoría de las personas tomaron la decisión de quedarse en casa. La segunda razón por la que no me costó trabajo es que en Noruega solemos estar mucho en casa por el clima y nosotros no somos mucho de salir a restaurantes o al cine. Pero al estar en casa se me triplicó el trabajo. Nos metimos de lleno a las clases en línea. Gracias a Dios mi esposo conservó su trabajo y mis hijas estaban ocupadas en sus clases. Como mi familia vive lejos empezamos con llamadas en video para conectarnos todos y hacemos cosas muy divertidas como bailar y hacer actividades divertidas.
Lo que he aprendido:
El encierro me quitó mucho el estrés de estar yendo y viniendo y corriendo por las tardes. Aprendí a ser paciente porque yo terminaba de trabajar una jornada muy larga y me asomaba a la cocina y veía los platos sucios hasta que tuve que hablar con ellos para que me ayudaran a meter los trastes a la lavadora de trastes. Aprendí que no necesito tantas cosas materiales porque soy una compradora muy compulsiva y mis hijas también. Entonces hemos ahorrado mucho dinero al estar en la casa porque antes íbamos mucho al Mall y gastábamos en cosas innecesarias. Extraño mucho los abrazos, ver a mis amigas en persona y espero que no se pierda la costumbre de abrazar porque es muy incómodo saludar sin contacto.
Elsa vive en Monterrey
He pasado la cuarentena en casa con mis hijos y esposo y ha sido un tiempo de muchos cambios pues mis hijos tienen clases en línea con horario normal y mi esposo cambió a home office. Mi rutina es la que ha sido modificada un poco pues soy mamá de tiempo completo y no trabajo en oficina, sino de manera independiente con mis aceites esenciales. Sí tuve miedo, primero de contagiarnos y segundo, que mi esposo perdiera su empleo pero me di cuenta que en este tiempo hay una cosa que el dinero no puede comprar que es la libertad… pues qué importa tener dinero, carros, la mejor casa, ropa de marca, bolsas fabulosas si no puedes salir.
Lo que he aprendido:
Ha sido difícil no ver las cosas con miedo e incertidumbre. Cuando he tenido que salir veo a todo mundo con guantes y cubrebocas, cosa que me impone. Este tiempo de cuarentena me ha servido para dar gracias por todas las cosas que tengo, a apreciar todo a mi alrededor y de no dar nada por sentado. Este ha sido un viaje de introspección muy enriquecedor que me ha ayudado a conocerme más, valorar y ser más agradecida. Gracias a Dios mi esposo continua con su trabajo y todos estamos sanos. La única parte negativa, en mi caso, es que no he podido abrazar a mis papás, a mis hermanos, a mis amigos y he tenido que suspender viajes.
Paulina vive en CDMX
Yo he vivido esto como un mal sueño, siento que el tiempo se detuvo en mi vida. Cuando empecé a escuchar lo que sucedía en China y en Europa, nunca pensé que llegaría a México y tan rápido. En mi caso, mi rutina no cambió tanto pues ya hacía home office pero fue difícil compartir mi lugar de trabajo con mis hijos y esposo, que se quedaron en la casa. Y por supuesto que me provocó mucho miedo empezar a ver que todos hacían compras de pánico y empezabas a escuchar de muchas personas se estaban contagiando. Sentía que estaba viviendo una terrible película del Apocalipsis. Extraño mucho convivir con mi familia y con amigos en las típicas comidas de fin de semana, extraño la libertad de salir sin la paranoia de que te puedes contagiar al salir a la tienda en donde siempre hacia mis compras o en el parque en donde solía correr.
Lo que he aprendido:
Ha sido una enorme lección de vida, valorar primero que nada la salud, a nuestros seres queridos y la conexión que tenemos con ellos. He aprendido a ser paciente con mis hijos y esposo y he descubierto que podemos convivir muy bien ya que todos han cooperado con las labores de la casa. Ha sido también muy gratificante compartir de nuevo las comidas y las noches de películas, pues ya nunca teníamos tiempo para hacerlo. He aprendido a soltar el control pues esto vino a enseñarnos que tenemos que aprender a fluir con la vida y a vivir de una vida más sencilla pues no necesitamos tantas cosas materiales ni una agenda llena para ser felices.
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