¿Te la vives agobiado, preocupado, angustiado? Si sientes que la ansiedad puede estar apoderándose de tu vida, es tiempo de tomar las riendas de tus emociones.
La ansiedad, al igual que el estrés son de los males que van en aumento en nuestros días. Y es de hecho, es uno de “los trastornos mentales” más comunes en la actualidad. La vida nunca ha sido tan complicada como ahora, las personas cada vez trabajamos más y nos exigimos mayores y mejores resultados. Por otro lado, la desunión en las familias es cada vez más grande y cada vez tenemos menos tiempo para descansar, hacer actividades recreativas y salir de viaje. Por si fuera poco, los medios de comunicación se han vuelto un medio de malas noticias, tragedias y atrocidades. Cada vez nos sentimos más preocupados y más solos.
Afrontando la ansiedad.
La ansiedad es un sentimiento útil pues nos prepara para actuar y nos moviliza en caso de emergencia. Es como una señal de que algo malo está por suceder. Pero si ésta dura demasiado o se presenta con mucha frecuencia, es cuando puede considerarse dañina.
Muchas cosas o eventos nos pueden causar ansiedad. Hay ciertas personalidades que son más propensas a tenerla. Por ejemplo: las personas que son adictas a la aprobación de los demás, las que se la viven pensando lo peor, las que exageran la gravedad de los eventos negativos, las personas perfeccionistas, las que les cuesta trabajo concentrarse y las que están constantemente preocupadas.
El problema es que los síntomas de la ansiedad son muy numerosos. Cada persona experimenta un conjunto diferente de síntomas. Es por eso que muchas veces no nos damos cuenta de que la estamos experimentando en carne propia.
Simplemente checa cualquiera de estas actitudes. Puedes ser que estés más irritable que de costumbre, o que veas de manera negativa cualquier evento en tu vida. También puede ser que estés comiendo, fumando o bebiendo sin control o te sientas constantemente preocupado o en crisis. Estos pueden ser importantes indicativos de una ansiedad grave.
Por otro lado, la ansiedad se puede presentar como un estado generalizado de intranquilidad o preocupación en los casos más sencillos, pero puede convertirse, por otro lado, en un trastorno como: el trastorno de ansiedad generalizada, las fobias, los trastornos de pánico, la agorafobia, el trastorno de estrés postraumático y el trastorno obsesivo-compulsivo. Estos trastornos pueden llegar a ser tan severos que incapaciten tu vida, por lo que es mejor ir con un especialista antes de que sea demasiado tarde.
Un respiro de alivio.
Existen muchas estrategias útiles para reducir la ansiedad que no cuestan ni un centavo. Por otro lado, si la ansiedad es tan severa que impide a la persona vivir una vida normal, se puede optar por una terapia, medicamentos o ambos.
La ansiedad se puede afrontar en tres niveles:
1) En el nivel del pensamiento.
Las personas que sufren de mucha ansiedad generalmente tienen una imagen distorsionada de sí mismos, así como de los acontecimientos que pasan en su vida y su futuro. Es recomendable trabajar para mejorar la autoestima así como enterrar los pensamientos negativos que pueden llegar a invadir la mente.
2) En el nivel del comportamiento.
En este nivel es muy importante que la persona realice actividades que reduzcan su ansiedad como: hacer más ejercicio, simplificar su vida, dormir más, hacer más actividades recreativas, tener un buen grupo de amistades, etc.
3) En el nivel de las sensaciones físicas.
Debido a que la ansiedad provoca diversos síntomas físicos, en este nivel es muy recomendable buscar maneras de mitigarlas como: practicar la meditación, la respiración controlada, utilizar remedios herbolarios tranquilizantes o incluso medicamentos.