Es difícil hacer la transición de papá de un niño a un adolescente. Pensamos que nuestro “pequeño querubín” es un “verdadero santo” y que NUNCA sería capaz de hacer lo que los niños o niñas tremendas hacen. Pero, ¡oh sorpresa! Un día llega a tu casa “borracho”, se lleva el coche sin permiso o hace una fiesta en tu casa cuando sales de vacaciones. Es ahí cuando descubres que lo que te funcionaba cuando eran pequeños ya no.
Los límites ayudan a mejorar la comunicación, a disciplinar, a mantener a tus hijos seguros, a ayudarlos a resolver conflictos y a desarrollar una mayor independencia. Estas son las claves más importantes para poner límites:
1.Los adolescentes están buscando su independencia y por ende necesitan nuevos límites. Estos los ayudarán a encontrar un mejor balance entre crecer demasiado a prisa, a hacerlo de acuerdo a su nueva madurez.
2.Aunque nunca lo vayan a admitir, los adolescentes necesitan estructura, guía y muchos límites. El proporcionarles límites claros es la mejor manera de evitar los conflictos y de darles estabilidad.
3.Ten una buena comunicación con tus hijos adolescentes al hablar de las reglas del hogar y del núcleo familiar. Asegúrate que ellos las entiendan y sepan cuales serán las consecuencias de no seguirlas.
4.Los límites adecuados son aquellos que son fáciles de entender y son razonables (de acuerdo a sus edad, a sus circunstancias y capacidades). Lo ideal es ponerlos antes de que empiecen a provocar conflictos.
5.Ten la disposición de modificar los límites a medida que los jóvenes crecen y demuestran que se han convertido en personas confiables y responsables. Esto los ayudará a madurar y a desarrollar una mayor independencia.
6.Aunque cada caso es diferente, los límites y responsabilidades deben de ser más o menos estos: ayudar en la casa, los horarios de comida, horarios para dormir y estudiar, permisos, horarios de llegada, uso de celulares, computadoras e Internet, consumo de alcohol, cigarro y otras drogas, novios (as), uso de autos, actividades extraescolares, el dormir fuera de casa, salidas con amigos, viajes, etc.
7.Para poner unos límites exitosos, considera lo siguiente: se consistente y se justo. Si las reglas se rompen DEBEN de tener consecuencias, las cuales deben de ser en proporción directa a la falta y relevante al tipo de falta.
8.Si los límites y reglas son demasiado duros o extremos, funcionará en tu contra que traerá resentimientos por parte de tu hijo(a) y sobre todo rebeldía.
9.Si tus hijos rompen las reglas por alguna razón, primero escúchalos antes de juzgarlos, no respondas impulsivamente, pon consecuencias inmediatas y de acuerdo a sus faltas, pero que se puedan cumplir.
10.Los adolescentes maduran a niveles diferentes así que recuerda que lo que funciona para un joven, no siempre funcionará para otro. Es importante ser razonable, consistente y tener mucha comunicación con tus hijos.